International Network for Management of Animal Bites (INMAB).
17 de junio 2025
Hoy, 17 de junio, se conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía. Aunque tradicionalmente se ha abordado desde una perspectiva ambiental o agrícola, hoy sabemos que sus implicancias van mucho más allá de los suelos áridos o las pérdidas de cultivos. Cada vez hay más evidencia sobre cómo la desertificación afecta a la fauna, modifica sus patrones de comportamiento y puede tener un impacto directo en la salud humana.
Esta conmemoración fue establecida por la ONU en 1994 y celebrada por primera vez en 1995, en coincidencia con la firma de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (UNCCD). Desde entonces, busca visibilizar los múltiples efectos de la degradación del suelo y la escasez de agua sobre el ambiente y las comunidades.
Desde entonces, cada edición anual busca concienciar sobre la degradación del suelo, la escasez de agua y sus impactos sobre el medio ambiente y la sociedad -con lemas como el de 2024: “Unidos por la tierra: nuestro legado, nuestro futuro”
Desde INMAB, nos sumamos a las voces que promueven un enfoque One Health (Una Salud), recordando que no puede haber salud humana ni animal si los ecosistemas colapsan.
🌍 Cuando el agua desaparece, la fauna se desplaza
La sequía no solo seca la tierra: también agota fuentes naturales de alimento y agua para los animales silvestres. Ante este escenario, muchas especies comienzan a desplazarse en busca de recursos, lo que las lleva con frecuencia a cruzarse con zonas habitadas por humanos. Esta mayor proximidad puede derivar en conflictos, ataques o transmisión de enfermedades zoonóticas.
Tal como plantea el Dr. Salerno y su equipo en un estudio reciente —disponible desde la sección de artículos académicos de nuestra web— los entornos compartidos entre especies son espacios complejos que requieren comprensión, prevención y manejo informado. En ese contexto, la desertificación actúa como un detonante silencioso de encuentros no deseados entre humanos y fauna silvestre.
🐍 Un caso ilustrativo: sequía y mordeduras en Texas
Y aunque podríamos mencionar múltiples ejemplos recientes, lo cierto es que no estamos ante una problemática nueva. Las consecuencias de la desertificación sobre la fauna y la salud humana vienen documentándose desde hace décadas, aunque no siempre reciben la atención que merecen.
Por ejemplo, durante la intensa sequía de 2011 en Texas (EE.UU.), se observó un aumento significativo de mordeduras de serpientes. Según reportes de la época, en el hospital Brackenridge de Austin se registraron tres muertes por mordedura de serpiente en un solo año, cuando lo habitual era una por todo el estado. Biólogos locales explicaban que, aunque las especies estaban adaptadas a climas secos, la falta extrema de agua forzaba su desplazamiento hacia áreas urbanas.
Este caso, aunque ya tiene más de una década, sigue siendo un ejemplo ilustrativo de cómo las condiciones ambientales extremas pueden alterar los límites tradicionales entre “naturaleza” y “sociedad”, afectando directamente la seguridad y salud de las personas.
⚠️ Mordeduras, zoonosis y cambios de comportamiento animal
La escasez hídrica también influye en la conducta de los animales. El estrés, la desnutrición o el aumento de competencia por recursos pueden hacer que algunas especies se comporten de forma más agresiva o temeraria. Esto se aplica tanto a fauna silvestre como a animales domésticos, especialmente en zonas rurales donde el acceso a agua y alimento para animales de compañía o producción también se ve comprometido.
En algunos casos, las sequías prolongadas provocan el abandono de animales o la migración humana, dejando a perros y otros animales vagabundos sin control sanitario ni recursos, lo cual incrementa el riesgo de mordeduras y enfermedades como la rabia.
🌱 Una Salud: la respuesta integradora
Enfrentar la desertificación exige más que políticas de conservación ambiental. También implica pensar en términos de salud pública, manejo de riesgos y prevención de conflictos. Desde el enfoque One Health, es necesario:
Los efectos de la desertificación son acumulativos, pero también prevenibles. La vigilancia colaborativa entre sectores ambientales, sanitarios y sociales es fundamental para evitar que las tensiones ecológicas se transformen en emergencias de salud.
🧭 Cerrar brechas, no solo reforestar
En este Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, queremos recordar que proteger los suelos también es proteger la salud. Que las mordeduras, las zoonosis y los conflictos humano-fauna no son solo cuestiones de “animales y clima”: son señales de sistemas descompensados que exigen respuestas integradas.
Desde INMAB, seguimos impulsando una mirada que conecte lo ambiental, lo animal y lo humano, sin perder de vista que las sequías —como las mordeduras— nos enseñan que la prevención comienza mucho antes del daño visible.
Incluso en la tierra más agrietada, si hay cuidado, puede volver a brotar la vida. Nuestro compromiso hoy es el mañana de todos.
En este Día Mundial, nos unimos al llamado global: cuidar la tierra es cuidar el futuro.
🔗 Enlaces relacionados
🟢 Coexistencia humano-fauna desde Una Salud (INMAB)
Resumen divulgativo del estudio académico citado en este artículo.
🌍 Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía – Wikipedia
Origen, historia y propósito de esta efeméride ambiental.
📅 Ficha del Día Mundial – diainternacionalde.com
Información complementaria para difusión general.
🐍 Sequía y aumento de mordeduras en Texas (KUT, 2011)
Reporte periodístico que ilustra el impacto de la sequía en la interacción humano-fauna.
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