¿Qué hay detrás de las noticias de ataques de perros y jaurías?

 

International Network for Management of Animal Bites (INMAB).
13 de abril 2025

 

Cuando el caso ya no es uno solo, y el problema ya no es anecdótico

 

En los últimos días, muchas personas han compartido -con una inevitable mezcla de horror y empatía- la noticia del joven colombiano que fue atacado por una jauría de perros en Bogotá. La historia ha recorrido medios, redes y conversaciones, generando conmoción. Y no es para menos: las imágenes son duras, los detalles estremecen y las consecuencias han sido trágicas.

Pero cuando los titulares se repiten, cuando las palabras “ataque”, “jauría” y “perros callejeros” se entrelazan en un loop mediático... quizás la pregunta ya no es solo qué pasó. Quizás la verdadera pregunta sea: ¿por qué seguimos sin hacer nada que realmente sirva para evitar que esto pase otra vez?

 

Porque éste, lamentablemente, no es un caso aislado. La prueba la tenemos en que, a raíz de esta historia, vuelven a circular otras noticias. Algunas recientes; otras que llevaban meses sin visibilidad. Y todas con un mismo hilo conductor: grupos de perros sueltos actuando en espacios públicos, sin control, en contextos urbanos y periurbanos, provocando temor, heridos… y preguntas que nadie termina de responder.

 

Collage con titulares reales que reflejan ataques de perros, percepción de descontrol y debate sobre responsabilidades compartidas.

Fuentes visuales: reconstrucciones gráficas basadas en noticias reales y recursos libres de derechos. Los enlaces están al final del artículo.

 

Y mientras todo el foco está en la tragedia, se apagan otras conversaciones que, de hecho, deberían ser las urgentes: las que preguntan por el sistema que falló antes del ataque. Las que se preguntan dónde estaban las alertas previasqué sucede para que cada vez haya más perros vagando sin control (poniendo también, dicho sea de paso, su propio bienestar en peligro), qué políticas públicas no se aplicaronqué responsabilidades quedaron diluidas entre instituciones, vecinos y tutores invisibles.

📍 Diagnóstico del contexto: ¿Qué está pasando?

 

Este problema no es nuevo, pero sí está creciendo.

 

En muchas ciudades, hay cada vez más perros sin control. Cuando hablamos de perros sin control, tal vez pensemos en animales sin tutores ni hogar, nacidos en la calle y ajenos al contacto humano. 

 

Pero la realidad es mucho más compleja. De hecho, algunos tienen tutor, pero circulan libremente por barrios y comunidades; otros son alimentados de forma informal por grupos de vecinos, sin que exista un vínculo legal o una supervisión real. Solo una minoría vive completamente fuera del entorno humano. Es, precisamente, esta ambigüedad lo que dificulta enormemente el control, la prevención y, sobre todo, la asignación de responsabilidades cuando ocurre un incidente (1).

 

Más allá de los casos individuales, lo que empieza a construirse es una sensación de descontrol. Y esa percepción, como muestran varios titulares recientes, no es solo emocional, aunque no está exenta de esa mezcla de frustración e indignación.

 

Detrás de cada uno de estos episodios hay elementos comunes:

 

  • Perros sin supervisión.
  • Abandono.
  • Falta de esterilización y control poblacional.
  • Alertas ciudadanas previas que no fueron atendidas.
  • Y un sistema de gestión que reacciona cuando ya ocurrió el daño.

Esto, además, no es exclusivo de América Latina. En el Reino Unido, un estudio nacional señala que lo que hay detrás, en la mayoría de los casos, es un “déficit de control humano(2). Es evidente que las agresiones caninas debido a ataques por grupos de perros sin control no están dentro de las problemáticas que los británicos tienen que afrontar, aun así, es interesante ese señalamiento a la ausencia de acción en el entorno humano.

 

🎯 ¿De quién es la responsabilidad?

 

Las autoridades locales suelen señalar la falta de recursos o la dificultad para intervenir sin denuncias formales.
Los ciudadanos apuntan a la inacción institucional.


Y en medio, los casos se acumulan, y las responsabilidades se reparten hasta disolverse.

 

Sin embargo, la clave no radica en señalar a un culpable único. Pero sí de reconocer que el fenómeno tiene múltiples causas y, por lo tanto, requiere una respuesta también múltiple y sostenida. Porque cuando nadie asume el problema completo, lo que se genera es un vacío donde las situaciones se repiten sin corrección ni prevención.

 

No podemos olvidar que, incluso cuando hay marcos legales robustos, su aplicación es irregular y muchas veces llega tarde o no se ejecuta (2). Por lo tanto, es en países donde la institucionalidad es más frágil, el efecto de esa fragmentación puede ser todavía más grave.

Diagrama que muestra los distintos actores responsables en los ataques de perros: ciudadanía, autoridades, tutores y más.

🧭 ¿Y qué pasa después?

 

Algunos casos activan respuestas. En México, por ejemplo, el caso de Amparito -una mujer fallecida tras un ataque en 2024- ha derivado en una propuesta de ley impulsada por su hija para endurecer las sanciones en casos de negligencia por parte de propietarios de animales. Es un intento de transformar el dolor en política pública.

 

Pero no deberíamos esperar a que cada tragedia sea el motor de una ley. Porque la prevención no puede depender del horror.

 

 

🛠️ 3. ¿Qué se puede hacer?

 

No lo olvidemos, las campañas sí existen, y se ponen en marcha en todas las ciudades y todos los países: Campañas de vacunación, castración, de identificación, de concienciación, bienestar animal y tenencia responsable… El problema es que muchas veces o no son suficientes, o no se aprovechan, o no se sostienen.

No basta con que queramos a nuestros perros.
Hay que vacunarlos, esterilizarlos y chiparlos.


📍 El chip no es un trámite. Es asumir consecuencias si pasa algo.

 

Y sí, también hace falta algo clave:

  • Que las autoridades apliquen lo que ya está escrito.
  • Que las alertas no lleguen tarde.
  • Es evidente que cuando la reacción viene solo después de una tragedia, es que estamos metidos en un gran problema.
Representación gráfica de perros sueltos en una calle de ciudad, reflejando el problema del abandono y la falta de control.

🧠 Lo que sí sabemos

 

Sabemos que hay perros sueltos. Sabemos que hay leyes, pero no siempre se aplican como sería necesario. Sabemos que existen campañas, pero no llegan a todos los territorios. Sabemos que hay responsabilidad compartida entre quienes tienen animales, quienes legislan, quienes deben fiscalizar, y quienes habitan esos mismos entornos.

 

Y sabemos también que, sin educación previa a la tenencia, seguimos postergando lo evidente: que tener un perro no es solo un acto de cariño, sino de compromiso. De hecho, el propio informe británico propone que la formación básica para futuros tutores sea algo obligatorio (2).

 

🔚 Lo que está pasando no es nuevo, pero está escalando.

 

Y si no queremos seguir reaccionando cada vez que hay un nuevo titular, es hora de pensar cómo prevenir lo que viene.
No para culpar. Sino para actuar.
No para amplificar el miedo. Sino para intervenir antes de que se repita.

 

 

🤐 Hablar de esto no es fácil. Pero no hacerlo es peor.

 

Lo que está pasando con los perros sueltos en muchas ciudades no es nuevo. Pero sí está escalando. Y no se resuelve con miedo, ni con castigo a ciegas, ni con leyes nacidas del dolor inmediato.

 

Se resuelve mirando el problema entero, aunque incomode.

Se resuelve reconociendo que hay un vínculo roto entre la población canina, las políticas públicas y nuestras propias prácticas como sociedad.

 

Y, sobre todo, se resuelve si dejamos de quedarnos solo con el impacto emocional de una tragedia… y empezamos a exigir respuestas que miren más allá del titular.

 

Porque si no lo hacemos, lo que vendrá no serán soluciones. Será repetición.

 

 

📚  Referencias:

 

  1. Gompper, M. E. (Ed.). (2014). Free-ranging dogs and wildlife conservation. Oxford University Press. ISBN: 9780199663217
  2. Nurse, A., Guest, C., & Miles, L. (2022). Investigation of measures to reduce dog attacks and promote responsible ownership amongst dog owners with dog control issues in the UK. Middlesex University London

 

📰 Cobertura mediática referida:

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